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Una inteligencia artificial desarrollada en China marca un hito en la oncología al identificar con un 83% de precisión el origen de las células cancerígenas en casos de metástasis, mejorando significativamente las opciones y eficacia del tratamiento. Este avance representa un paso importante en la lucha contra el cáncer.<

Una innovadora inteligencia artificial (IA) desarrollada por investigadores de la Universidad Médica de Tianjin en China ha logrado un significativo avance en la lucha contra el cáncer de metástasis. Este sistema es capaz de identificar el tipo de células cancerígenas y determinar su origen con una precisión notable. Tal capacidad es esencial para la personalización del tratamiento oncológico, ya que conocer el origen del cáncer permite a los médicos elegir las terapias más efectivas y menos invasivas para el paciente.

El algoritmo de IA se entrenó con 30,000 imágenes de células cancerosas de 21,000 personas y fue desafiado con 27,000 imágenes adicionales, logrando identificar correctamente el origen del cáncer en un 83% de los casos. Además, en el 99% de los casos, el origen estaba dentro de las tres primeras posibilidades propuestas por la IA. Este sistema ofrece una promesa considerable para confirmar el origen del tumor mediante pruebas más concretas y menos intrusivas que las metodologías tradicionales.

Sin embargo, este avance tiene sus limitaciones, ya que las predicciones se restringieron a los tipos de cáncer más comunes que migran al líquido de los pulmones y el abdomen, excluyendo tipos como los cánceres de próstata y riñón que generalmente no se presentan en estas áreas.

Este desarrollo no solo potencia la precisión diagnóstica sino que también ha mostrado ser útil en la práctica clínica. Se ha probado en 500 imágenes de casos reales, mejorando las predicciones de los patólogos y, según los estudios de seguimiento, aumentando las tasas de supervivencia en pacientes tratados según las indicaciones de la IA comparado con otros métodos.

 

*** Información extraída del artículo original publicado en La Vanguardia***

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¿La IA más inteligente que los humanos? Un estudio de Stanford dice que sí

Un reciente estudio de la Universidad de Stanford ha provocado un intenso debate al afirmar que la inteligencia artificial (IA) ya supera «con creces» a los humanos en varias capacidades cognitivas específicas. Este hallazgo pone de relieve el rápido avance de la tecnología de IA y sus potenciales implicaciones para el futuro de la humanidad.

El estudio destaca que, en ciertas tareas, los sistemas de IA han logrado un rendimiento superior al humano desde hace casi una década. Por ejemplo, en la clasificación de imágenes, la IA ya nos superaba en 2014. Asimismo, alcanzó una mayor comprensión lectora que los humanos en 2017, y desde 2020 y 2021, respectivamente, ha demostrado un mejor razonamiento visual y comprensión del lenguaje natural.

A pesar de estos avances, la investigación señala que la tecnología aún presenta limitaciones significativas. No puede manejar de forma confiable los datos, realizar razonamientos complejos ni explicar sus propios procesos de pensamiento. Estas áreas siguen siendo dominio exclusivo de la inteligencia humana, especialmente en tareas que requieren una comprensión profunda y un significado contextual, como las matemáticas avanzadas y la interpretación integral de imágenes.

Este crecimiento exponencial en la capacidad de la IA ha sido impulsado por el lanzamiento y evolución de modelos lingüísticos avanzados, como GPT-5 y Llama 3 de Meta, programados para debutar en el mercado próximamente. Estos modelos son parte de una serie de desarrollos que continúan empujando los límites de lo que la IA puede hacer.

El impacto de la IA en la sociedad ha sido notable desde la introducción de sistemas como ChatGPT a finales de 2022. Hoy en día, esta tecnología se ha integrado en numerosos aspectos de la vida cotidiana, desde la automatización de tareas hasta la creación de contenido y la asistencia en consultas médicas.

Personajes influyentes como Elon Musk y académicos como Eliezer Yudkowsky han expresado su preocupación por los riesgos asociados con la IA, incluido el potencial de que supere a la inteligencia humana en un futuro cercano. Musk sugiere que esto podría ocurrir tan pronto como en 2025, lo que podría tener consecuencias desconocidas para la humanidad.

Este estudio no solo demuestra la capacidad de la IA para superar a los humanos en tareas específicas, sino que también subraya la necesidad urgente de un debate ético y de políticas que guíen su desarrollo y aplicación. La IA continúa su trayectoria ascendente, pero la gestión prudente de sus capacidades y riesgos será crucial para asegurar que su impacto en la sociedad sea positivo.

*** Información extraída del artículo original publicado en 20 Minutos***

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El impacto de la inteligencia artificial (IA) en la industria editorial es notable y creciente. Un claro ejemplo es la historia de Chris Cowell, un programador que se aventuró a escribir libros y descubrió que su obra había sido replicada por una IA y vendida en Amazon bajo el mismo título. Este incidente no es aislado; de hecho, destaca una tendencia preocupante en el sector: la proliferación de contenidos generados por IA que compiten directamente con los creados por humanos.

En España, la adopción de la IA en el ámbito editorial no es todavía masiva, pero la preocupación es evidente. Jorge Corrales, de Cedro, resalta la falta de transparencia en el uso de obras protegidas para entrenar estas tecnologías. La cuestión de los derechos de autor es crítica, y las editoriales grandes, como Planeta y Penguin Random House, están explorando cómo la IA puede optimizar sus procesos sin comprometer la creatividad humana. Sin embargo, la resistencia persiste en editoriales más enfocadas en el valor artístico y literario, como Nórdica y Anagrama, que valoran la creación humana sobre la automatización.

Un episodio que ilustra el dilema ético y estético es la controversia en torno a la portada de un libro sobre Juana de Arco, supuestamente diseñada por IA, lo que provocó su retirada de varias librerías. Este incidente subraya la preocupación de que la IA, al carecer de una sensibilidad genuina, pueda no solo plagar sino también distorsionar el arte visual.

A nivel regulatorio, se vislumbra un movimiento hacia un modelo de «uso justo» más flexible, lo cual podría facilitar el uso legal de contenidos protegidos siempre y cuando no se cause un perjuicio económico significativo. Esta perspectiva es especialmente relevante en un contexto donde la capacidad de IA para crear contenido creativo de manera independiente está avanzando, aunque según expertos como Melanie Mitchell, aún estamos lejos de máquinas verdaderamente creativas.

El debate es intenso también en el ámbito filosófico y técnico, donde figuras como Chema Alonso de Telefónica discuten sobre el potencial y las limitaciones emocionales de la IA. El consenso general es que, aunque la IA puede realizar muchas tareas creativas, la profundidad y la emoción genuinas de las creaciones humanas son insustituibles.

En resumen, la IA está transformando el sector editorial no solo en términos de producción de contenido, sino también en los aspectos éticos y creativos de la publicación. La industria se encuentra en un punto de inflexión, debatiendo cómo equilibrar la innovación tecnológica con el respeto al legado y los derechos de los creadores humanos.

*** Información extraída del artículo original publicado en ABC

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El matemático y futurista Ben Goertzel ha emitido una seria advertencia sobre el ritmo acelerado del desarrollo de la inteligencia artificial general (AGI). Durante la conferencia Beneficial AGI Summit, Goertzel sugirió que en un lapso de tres a ocho años, podríamos presenciar niveles de inteligencia artificial comparables a la inteligencia humana media, y que incluso podrían superarla en pocos años adicionales.

Goertzel, reconocido por su trabajo en el campo de la inteligencia artificial, también proyectó que hacia el final de esta década, una sola computadora podría rivalizar con la capacidad cerebral de un humano. Más aún, pronosticó que en 10 a 15 años, una computadora podría superar la inteligencia colectiva de toda la sociedad humana.

Este avance en la inteligencia artificial no solo presenta desafíos tecnológicos, sino también importantes cuestiones éticas y sociales. La posibilidad de que las máquinas operen y evolucionen sin supervisión humana directa podría desembocar en cambios incontrolables en la estructura social y en la interacción humana con la tecnología.

La preocupación de Goertzel no se limita solo a los desarrollos tecnológicos, sino también a la preparación de la sociedad para enfrentar las consecuencias de tales avances. Aunque la inteligencia artificial tiene el potencial de aportar significativos beneficios, como la optimización de procesos y el mejoramiento de la calidad de vida, también existe el riesgo de que se convierta en un problema si no se gestionan adecuadamente sus aplicaciones y limitaciones.

Es crucial, según Goertzel, implementar salvaguardas efectivas y regulaciones estrictas para guiar el desarrollo de la AGI y asegurar que sus aplicaciones no solo sean beneficiosas, sino también seguras para la sociedad. Las preocupaciones van desde el impacto en el empleo humano hasta la autonomía de decisiones críticas que podrían ser delegadas a máquinas.

En definitiva, la advertencia de Goertzel es un llamado a la cautela y a la preparación. A medida que la tecnología de la inteligencia artificial continúa avanzando a un ritmo sin precedentes, es fundamental que los desarrolladores, legisladores y la sociedad en general permanezcan vigilantes y proactivos frente a los desafíos y oportunidades que presenta esta evolución tecnológica.

*** Información extraída del artículo original publicado en La Vanguardia

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