El primer tratado internacional que regula la inteligencia artificial ha sido firmado por la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido, estableciendo un marco legal que cubre todo el ciclo de vida de los sistemas IA, buscando proteger la democracia y los derechos fundamentales.
El Consejo de Europa ha marcado un antes y un después en la regulación tecnológica al lanzar el primer tratado mundial jurídicamente vinculante sobre inteligencia artificial. Este convenio, conocido como Framework Convention, ha sido firmado por importantes actores globales como la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido, junto a seis países más. El principal objetivo es asegurar que el uso y desarrollo de la IA se mantenga alineado con la protección de los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho.
Este marco, promovido por la secretaria general del Consejo de Europa, Marija Pejčinović Burić, fue redactado tras la contribución de múltiples expertos y establece un compromiso a nivel mundial. Los países firmantes deberán adoptar regulaciones y medidas preventivas para evitar los posibles riesgos que puede presentar la IA. Además, obliga a los signatarios a crear mecanismos de supervisión, a publicar información relevante sobre el funcionamiento de estos sistemas y a ofrecer la posibilidad de presentar reclamaciones cuando las decisiones automatizadas sean percibidas como injustas o discriminatorias.
El tratado ha sido negociado por 46 países europeos y 11 no europeos, incluidos México, Argentina, Canadá y Uruguay, entre otros. Se espera que más naciones se sumen a la iniciativa en los próximos meses, una vez ratificado por los firmantes iniciales. Este acuerdo también establece que las Naciones Unidas supervisarán su cumplimiento mediante una Conferencia de las Partes, que facilitará la cooperación y la evaluación pública de los avances.
El Framework Convention llega en un momento clave en que diversas naciones están presentando regulaciones de IA de manera independiente. Sin embargo, este tratado busca ser la primera piedra de un marco unificado que garantice un desarrollo tecnológico que no socave los principios fundamentales de la sociedad moderna.
¿Podrá este tratado ser lo suficientemente robusto para regular una tecnología que evoluciona a una velocidad sin precedentes y garantizar los derechos humanos en un entorno digital global?
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Este artículo es un resumen comentado basado en la noticia original publicada en Wired el 5 de septiembre de 2024. Puedes leer el artículo completo aquí.
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