La IA no puede alcanzar la consciencia humana, ni siquiera la de un simple gusano.
Limitaciones del hardware impiden que la IA desarrolle verdadera consciencia.
La consciencia humana sigue siendo un misterio inalcanzable para la IA.
Según el prestigioso neurocientífico Christof Koch, la Inteligencia Artificial (IA) tiene un nivel de consciencia muy inferior al de un gusano con 300 neuronas. En su libro Then I Am Myself the World, Koch explora la complejidad de la consciencia humana y argumenta que, aunque las IA pueden realizar tareas complejas y simular procesos avanzados, jamás podrán alcanzar la consciencia humana debido a las limitaciones inherentes de su hardware. A diferencia del cerebro humano, con sus 86 mil millones de neuronas interconectadas, la IA carece del «poder causal» necesario para generar experiencias subjetivas ricas.
Koch apoya su teoría en la Teoría de la Información Integrada (IIT), la cual sugiere que la consciencia surge de la integración de información sensorial, emocional y cognitiva en el cerebro. Aunque otras formas de vida o incluso computadoras puedan tener niveles básicos de consciencia, la complejidad y riqueza de la experiencia humana permanecen inimitables para las máquinas.
En conclusión, aunque la IA avanza en capacidades, su consciencia sigue siendo mínima, y el misterio de la consciencia humana permanece sin resolver.
Información extractada del artículo original publicado en El Periódico