Las cooperativas de datos son una alternativa para devolver a los ciudadanos el control sobre su información
La concentración de datos en manos de grandes empresas y gobiernos plantea riesgos significativos para la democracia y la igualdad social. La inteligencia artificial necesita una gobernanza innovadora que ponga el interés público en el centro, y las cooperativas de datos son un modelo emergente que permite a los ciudadanos administrar sus datos con autonomía y seguridad, frenando así el control corporativo.
- El modelo de cooperativas de datos permite a los ciudadanos tomar decisiones colectivas sobre el uso de su información y promover un reparto equitativo de los beneficios.
- Ejemplos como las cooperativas de agricultores en India y Kenia demuestran cómo la gestión compartida de datos mejora el acceso a recursos y condiciones de vida.
- En España, la cooperativa Salus.coop facilita la participación ciudadana en estudios de salud al garantizar una gestión transparente y compartida de los datos personales.
El desarrollo de cooperativas de datos marca el inicio de un cambio en la forma de entender la gestión de la información en la era de la inteligencia artificial. Estas cooperativas, orientadas al interés de sus miembros y gobernadas bajo el principio de “una persona, un voto”, permiten que los ciudadanos tomen decisiones autónomas y colectivas sobre sus propios datos. La People Centered Internet, cofundada por Vint Cerf, es un referente en este campo y promueve el modelo de cooperativas de datos como alternativa al control que tradicionalmente ejercen grandes corporaciones y organismos públicos. La reciente publicación del Data Cooperative Report en la cumbre digital de la ONU es una muestra de este compromiso.
Ejemplos en países como India y Kenia revelan los beneficios concretos que pueden obtener los colectivos vulnerables de estos modelos. En el estado indio de Gujarat, las agricultoras miembros de la cooperativa Megha combinan sus datos financieros para acceder al crédito, superando barreras de género y falta de historial bancario. En África, la preservación de lenguas minoritarias se ha facilitado gracias a la gestión colectiva de datos, motivando a las comunidades a colaborar en su recolección y aprovechamiento para mejorar sus condiciones de vida.
España, por su parte, ha sido pionera en la adopción de cooperativas de datos, con proyectos como Salus.coop, que fomenta el uso compartido de información en estudios de salud pública. Mediante un sistema en el que los ciudadanos poseen repositorios personales de datos y definen licencias de uso junto a los investigadores, se garantiza una gestión responsable y democrática de la información. Aunque estos esfuerzos aún no han transformado el panorama global de la gobernanza de datos, demuestran el potencial de este modelo para reducir la dependencia de los ciudadanos de las grandes corporaciones y fomentar una gestión de la tecnología centrada en el bien común.
El impacto positivo de estas cooperativas de datos sugiere un nuevo modelo de gobernanza digital que permite a los ciudadanos recuperar el control de su información en lugar de quedar sujetos al poder de las grandes corporaciones. En una época de rápidos avances tecnológicos, esta nueva arquitectura social e institucional puede ser esencial para que la inteligencia artificial y el big data generen progreso colectivo, y no una mayor concentración de poder.
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Resumen comentado, basado en la noticia original de Javier Creus publicada en El País el 31 de octubre de 2024.
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https://elpais.com/planeta-futuro/red-de-expertos/2024-10-31/cooperativas-de-datos-en-la-era-de-la-inteligencia-artificial.html
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