Cómo la industria está derribando al gigante con pies de barro
Tesla se enfrenta a una amenaza existencial, impotente ante el tsunami de modelos de otros fabricantes y sus propios errores: mal diseño, pésima calidad, terrible servicio y tecnología del montón
Tesla no morirá por el hundimiento de su cotización bursátil ni por la brusca desaceleración de sus ventas. Tampoco por el escándalo de sus mentiras sobre su tecnología autónoma, sus graves problemas en la cadena de suministro, el pésimo servicio de atención al cliente, demandas cada vez más numerosas, investigaciones criminales, el éxodo de talento o los desvaríos de Elon Musk en Twitter. Todo eso (¿quizá?) puede arreglarse. La amenaza real para su supervivencia está en el núcleo de su negocio: la estrategia de diseño y ejecución de Tesla es sencillamente mala.
Después de una década siendo prácticamente su único participante, Tesla se enfrenta ahora a una nueva era, la de la guerra de los vehículos eléctricos, que empezó en serio en 2022, pero que se intensificará en 2023 y los años siguientes. En la actualidad, Tesla sigue dominando el mercado de vehículos eléctricos en Estados Unidos, pero su ventaja ha disminuido de forma constante y se espera que se destruya rápidamente a medida que los fabricantes de automóviles tradicionales lancen sus propios modelos eléctricos….
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