La inteligencia proviene de los genes de la madre
“Tiene los ojos de su madre”. “Es la misma nariz que la de su padre”. “Sus orejas son igual de grandes que las de su tío”. Esas son frases que todos hemos oído en nuestra infancia. Nuestros familiares intentan desentrañar cada mínima parte de nuestro físico, en una especie de pasatiempo que les produce un enorme gozo. Pero este divertimento no es tan fácil cuando hablamos de nuestro aspecto interior.
La personalidad no se termina de desarrollar hasta que cumplimos los 18 años -alrededor de esa fecha el cerebro se termina de formar- pero sí que se puede intentar juzgar otros aspectos, como la inteligencia. Desde bien pequeño se puede apreciar si una persona es válida intelectualmente o no. Y este factor se debe en buena medida a las madres.
Así lo ha demostrado un estudio científico en el que se ha encontrado que los genes implicados en el desarrollo de las zonas del cerebro relacionadas con la inteligencia dependen exclusivamente de los genes de la madre. Los del padre también están presentes, pero sirven para la génesis de otras zonas, como el sistema límbico, relacionado con los instintos.
Los genes de la inteligencias están localizados en los cromosomas X, que en las mujeres están presentes de manera doble en su ADN, por lo que es más probable que terminen viéndose implicados en el desarrollo intelectual de la criatura.
Elena Casany Castells VIDA SANA / BARCELONADOT