Desde 1972, con la misión Apolo 17, ningún ser humano ha vuelto a pisar la Luna. Pero ahora, parece que todo el mundo quiere regresar. Países como India, Rusia, China y, por supuesto, Estados Unidos, junto con varias agencias espaciales internacionales, están planeando misiones a nuestro satélite natural. ¿Por qué este renovado interés?
La respuesta es compleja y abarca desde avances tecnológicos hasta objetivos geopolíticos. La carrera espacial está viviendo un nuevo apogeo, y la Luna se ha convertido en un objetivo estratégico. No solo se trata de exploración científica; hay planes para la colonización lunar y la explotación de sus recursos, como agua congelada y helio-3, un isótopo raro en la Tierra pero abundante en la Luna.
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Además, la Luna podría servir como un «puente» para futuras misiones a Marte y otros destinos en el espacio. Las agencias espaciales están considerando utilizar la Luna como una estación de lanzamiento de cohetes, aprovechando su microgravedad para hacer los lanzamientos más eficientes.
Por supuesto, hay un elemento de «honrilla» nacional en todo esto. Países como India sienten un gran orgullo por sus logros espaciales, especialmente cuando se comparan con fracasos de otras naciones. Pero más allá del orgullo, hay un claro interés económico. Quien controle la Luna tendrá una ventaja significativa en la futura exploración y explotación espacial.
En resumen, el regreso a la Luna no es solo una cuestión de ciencia o curiosidad humana. Es una estrategia compleja que involucra geopolítica, economía y el futuro de la exploración espacial. Estamos en el umbral de una nueva era, y la Luna es solo el principio.
*** Información extraída del artículo original publicado en Nobbot ***
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