Nadia Calviño presenta el Anteproyecto de Ley de Startups

La ley de ‘startups’ fue uno de los primeros objetivos que se marcó Pedro Sánchez cuando llegó al Gobierno. En pleno cambio de siglas tras años de ejecutivos del PP y con la idea de modernizar el sistema productivo patrio, el presidente se comprometió a crear un nuevo marco regulatorio que incentivara la creación de empresas de corte digital y tecnológico. Pero no ha sido hasta tres años después cuando se han podido ver con detalle los entresijos de esta nueva legislación. Un texto que supone un impulso a este tipo de compañías con beneficios fiscales e incentivos que ayuden a atraer talento digital, pero que no termina de convencer a todos los implicados. Creen que es un primer paso necesario, pero está lejos de poder suponer una revolución que coloque España en una posición importante en el ecosistema emprendedor.

La idea de esta norma parte del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, liderado por Nadia Calviño, y fue el gran objetivo de Francisco Polo, actual alto comisionado para España Nación Emprendedora. Y más allá de mejoras educativas o cambios regulatorios, por lo que se ha podido ver hasta ahora (aún no se ha hecho público el anteproyecto al completo que saldrá a consulta pública), los ajustes se centran, básicamente, en menos impuestos y burocracia. Una estrategia que, según ha explicado la ministra portavoz, María Jesús Montero, en la rueda de prensa del último consejo, pretende favorecer “un ecosistema” adecuado para el desarrollo de este tipo de compañías tecnológicas de rápido crecimiento.
¿Puede ser una medida efectiva para impulsar nuestro país en el sector ‘startup’? Tanto inversores como emprendedores que han lanzado sus compañías aquí lo ven difícil. Según su opinión y a la espera de que salga el texto completo, es un paso que había que dar y siempre es bueno que el Gobierno muestre apoyo e interés por este ecosistema, pero sus medidas solo pasan por encima de los problemas y las necesidades de estos emprendedores y, como siempre, “el diablo está en los detalles”. Las bajadas de impuestos y los otros beneficios fiscales pueden funcionar en algunos casos, pero se quedan lejos del ‘core’ del sistema y de la situación real de muchas empresas de este tipo. O así lo describen distintos empresarios e inversores.

Para Eduardo Manchón, fundador de Mailtrack y Panoramio (esta última, adquirida por Google), por filosofía es difícil que un Gobierno pueda ayudar a un entorno empresarial como el de las ‘startups’ a progresar en el terreno operativo, pero viendo lo lanzado en esta ley, apunta dos caminos. “Lo primero es que creo que es una buena iniciativa, todo lo que sea interés y movimientos para que esto crezca es bienvenido, e incluso algunas medidas como el aumento de la cantidad de dinero en ‘stock options’ exento o la rebaja fiscal pueden ser positivas, pero el problema final es: ¿quién se puede beneficiar de esto? Yo creo que pocas empresas podrán aprovechar al máximo estos cambios”, explica el empresario.

Más optimista es Loly Garrido, cofundadora de Gudog. Desde su punto de vista, la idea “tiene buena pinta”. “El hecho de que por fin se vaya a promocionar España como lugar idóneo donde vivir y trabajar, y atraer de esta forma empresas de nueva creación, ya tiene todo mi apoyo. Hace meses, vi que Málaga estaba trabajando para convertirse en la ciudad ideal para el teletrabajo y pensé que el resto del país ya estábamos perdiendo tiempo en hacer lo mismo. España, como residencia, tiene muchísimo que ofrecer, cada uno de sus rincones”, comenta la empresaria. En su opinión, España tiene muchísimas ventajas y puntos a favor para convertirse en una potencia del emprendimiento, pero incluso con esta ley “todavía estamos muy lejos de que eso ocurra”.

Cambios para unos pocos

Las principales dudas de Manchón pasan por…

Sigue leyendo el original en El Confidencial

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