Mercedes Rey: «No tiene sentido obligar a cumplir cuotas»

Entrevista con Mercedes Rey, Vicepresidenta de Píxel Clúster Madrid

¿Cómo llegó al mundo TIC?

Empecé a trabajar en el sector de los videojuegos en el año 92 en una distribuidora llamada Proein gestionando las relaciones internacionales y la búsqueda activa de producto para distribución. La empresa creció muchísimo en un corto periodo de tiempo, ya que teníamos contratos en exclusiva con todas las grandes marcas; Activision, Eidos, THQ, Capcom, Square Enix, Take 2, Codemasters, etc. y todos fuimos avanzando con la empresa. Pasé a ser directora de producto en poco tiempo, luego directora de marketing y comunicación y hacia el año 2002 asumí la dirección general. En este tiempo Proein pasó de facturar 100M de las antiguas pesetas a 45€M. En el año 96 se fundó Pyro Studios y gracias al gran éxito internacional de ‘Commandos’ se llegó a un acuerdo con Eidos Interactive, que compró gran parte de las empresas. Por aquella época, yo me quedé dirigiendo la filial española hasta el año 2008 que me uní a Ilion Animation Studios y Pyro Studios para el lanzamiento a nivel global de ‘Planet 51’, el largometraje animado, el videojuego y todo el programa de licencias asociado a la marca. ‘Planet 51’, al igual que ocurrió con ‘Commandos’ fue la película más taquillera del momento a nivel internacional y ambos productos lo siguen siendo hasta hoy en día. En el año 2013 me incorporé a U-tad, Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital, que abrió sus puertas en el 2011 y donde continúo en la actualidad como directora de relaciones institucionales. En U-tad formamos a los futuros líderes de la industria digital a través de titulaciones relacionadas con los videojuegos, la animación, el diseño digital, la ingeniería del software, la física, las matemáticas, el big data y las realidades extendidas.

¿Qué es lo que más valora de su trabajo?

Trabajar en una Universidad especializada, para todos los profesionales que estamos aquí, tiene una gran recompensa y es que todos aportamos nuestro conocimiento del sector en beneficio de los alumnos, que son lo mejor que tenemos, porque poseen muchísimo talento y nosotros les ayudamos a darle forma. Cuando egresan y empiezan su carrera laboral es muy gratificante pensar que eres parte del equipo que les ha ayudado a llegar donde están.

En su opinión ¿qué es lo que falla para que las mujeres no apuesten más por el estudio de carreras STEM/animación/videojuegos?

Yo creo que es un tema generacional y de producto. Tradicionalmente el contenido que se publicaba en los juegos estaba desarrollado por hombres y atraía en mayor parte a estos perfiles como usuarios. Con los años esta tendencia está cambiando y hoy en día muchísimas mujeres juegan con videojuegos porque el contenido es más apto y esta visibilidad está atrayendo cada día a más mujeres a trabajar en la industria.

¿Cree que existe el “techo de cristal” en las empresas? ¿Cuál debería ser la solución?

Yo, que claramente hablo desde mi propia experiencia (y no puedo, quiero, ni debo opinar sobre la experiencia de terceros o de otras empresas), jamás he sentido que hubiera un techo de cristal. He tenido las mismas oportunidades que mis compañeros, he tenido puestos directivos y jamás he tenido un trato diferente al resto, ni menos oportunidades, al menos en el sector de los videojuegos y de la animación. Siempre se me ha valorado por mi capacidad, tanto en las empresas en las que he trabajado, como por parte de las empresas que he representado en distribución y además, es un sector donde los perfiles más senior arropan a los principiantes para su desarrollo profesional sin ningún tipo de distinción, porque lo que cuenta es el talento y los skills.

¿Una política de cuotas puede resolver el problema?

Yo personalmente no creo que haya que crear sistemas o fomentar políticas que vayan a favor o en contra de colectivos concretos, se trata de identificar por qué ciertas áreas no atraen a las mujeres, entender porqué y analizar cómo hacer ese ámbito más atractivo para que se interesen.

No tiene sentido obligar a las empresas a cumplir unas cuotas o incluso generar políticas que generen competitividad entre distintos sexos. En las empresas se busca talento y capacidad, nada más, y es indiferente el sexo de la persona, o al menos siempre lo ha sido en mi entorno…

Lee la noticia original en: revistabyte

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