Una nueva investigación liderada por científicos de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, ha logrado por primera vez integrar una función de memoria y una función de cálculo en los mismos componentes informáticos. Dichos componentes funcionan más como las redes neuronales energéticamente eficientes del cerebro, transformándose en bloques de construcción importantes en el futuro para ordenadores y dispositivos móviles más parecidas al cerebro humano.
Aunque los ordenadores han avanzado fuertemente en los últimos años de la mano de la Inteligencia Artificial (IA), alcanzando tareas cognitivas avanzadas como el reconocimiento de imágenes o del lenguaje humano, entre muchas otras, nuestro cerebro aún se encuentra un paso por delante en un aspecto clave: es capaz de efectuar con eficacia procesos complejos y de hacerlo con una elevada eficiencia energética.