Llevo 20 años midiendo mi felicidad en un diario y esto es lo que he aprendido
Medir la felicidad revela la complejidad emocional de la vida cotidiana.
La felicidad no es constante; incluye tanto altos como bajos.
Registrar la felicidad nos ayuda a comprender mejor nuestras emociones.
Alejandro Cencerrado, analista del Instituto de la Felicidad de Copenhague, lleva 20 años registrando su felicidad en un diario, calificando cada día en una escala del 0 al 10. A través de este ejercicio, ha aprendido que la felicidad está profundamente ligada a las relaciones personales. Los días más felices e infelices suelen estar relacionados con las personas que más quiere, lo que le ha llevado a reflexionar sobre los tipos de amor: el turbulento de la juventud y el maduro de la adultez.
También ha descubierto que la memoria tiende a distorsionar el pasado, y que solemos recordar las relaciones pasadas como peores de lo que realmente fueron. Además, su diario ha funcionado como un filtro para identificar relaciones tóxicas, permitiéndole reflexionar sobre cómo ciertas personas afectan negativamente su autoestima.
Finalmente, aunque tener un diario le ha dado una visión más clara de sus emociones, no ha eliminado la infelicidad de su vida. Cencerrado concluye que la infelicidad es una parte inevitable de la experiencia humana, y que no existe una fórmula mágica para ser feliz eternamente.
Información extractada del artículo original publicado en El País