Las tres grandes revoluciones que cambiarán a la humanidad para siempre

El astrofísico Avi Loeb hace un análisis de los tres grandes cambios que afectarán a nuestra civilización de una manera extraordinaria y sin precedentes en la historia de la humanidad

Anoche, en una charla en foro sobre fotónica cuántica en el Clubhouse, me preguntaron por mis ideas sobre el futuro de la humanidad y la inteligencia.

Cualquier previsión a largo plazo debe tratarse con precaución, razoné. En mi mente, recordé que el aumento del uso de caballos para el transporte a finales del siglo XIX llenó las calles de las ciudades de estiércol de caballo. Las ciudades de todo el mundo se «ahogaba en estiércol de caballo», lo que se consideraba un gran reto para la vida urbana. Entonces se inventó el coche y se evitó esta preocupación. Del mismo modo, a finales del siglo XX, los ciudadanos de muchos países subdesarrollados pensaban que sería casi imposible conectar a todo el mundo a través de un sistema de comunicación telefónica por cable. Luego llegaron los teléfonos móviles, los satélites de comunicación y el WiFi y resolvieron estas preocupaciones de conectividad. La moraleja de estos ejemplos es que las nuevas revoluciones cualitativas hacen que todas las previsiones sean fundamentalmente poco fiables a largo plazo.

¿Cuáles son las nuevas revoluciones cualitativas que esperan a la humanidad en el siglo XXI?

Una de ellas es el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial sensibles. La revolución de la IA se desarrollará en dos etapas: en primer lugar, los sistemas de IA sintientes se harán cargo de las tareas rutinarias que actualmente se asignan a los humanos, como la conducción de automóviles, la contabilidad, el transporte y la manipulación, las transacciones legales rutinarias, las tareas administrativas o las prescripciones médicas, por citar algunos ejemplos. Todas estas tareas implican la interacción de los sistemas de IA con los humanos.

La segunda fase de transición será el resultado de las interacciones entre la IA y la IA. En esa fase, la comunidad de sistemas de IA podría desarrollarse independientemente de los humanos y establecer sus propias normas sociales y de comunicación. El desarrollo de una comunidad de IA podría dejar de estar inhibido por los humanos, ya que tendrá acceso directo a los recursos físicos adquiridos en la primera fase de la revolución de la IA. Por supuesto, los humanos siempre pueden desenchufar los sistemas de IA, del mismo modo que pueden apretar el gatillo y matar a otra persona. Pero en esa última fase, acabar con una vida podría estar prohibido para todos los seres sensibles, incluidos los sistemas de IA.

En este enlace puedes seguir leyendo la noticia completa, publicada originalmente en: EL CONFIDENCIAL

 

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