“Las mujeres necesitan una red de apoyo. Saber que si una da un paso al frente, tiene respaldo”

Suturar la brecha de género existente hoy en día en el ecosistema tecnológico e innovador es una de las grandes asignaturas pendientes que Berta Herrero, directora de Igualdad, Diversidad e Inclusión de Huawei en Europa, aspira a revertir. Así lo cuenta.

A pesar de que las mujeres constituyen prácticamente el 50% de la población mundial según datos de la Organización de Naciones Unidas, concretamente el 49,5%, su figura no está exenta de sesgos, juicios velados y opiniones tendenciosas. De hecho, hoy en día, su presencia todavía se limita a ciertos sectores de la sociedad, a ciertos escaños, a ciertos puestos de trabajo. Los retos y desafíos a los que hacen frente las mujeres en su vida cotidiana se cuentan por pares, algo que conoce de primera mano Berta Herrero, directora de Igualdad, Diversidad e Inclusión de Huawei en Europa.

Herrero tiene garra, carisma, disciplina y conocimiento de causa, algo que vuelca en un discurso que inspira cambio y aliento. Nos entrevistamos con ella en Candeleda, un pintoresco rincón de la provincia de Ávila, en el marco de la inauguración de la Academia de mujeres para la innovación rural en Europa que impulsa la compañía que capitanea desde Bruselas. Suturar la brecha de género existente hoy en día en el ecosistema tecnológico e innovador es una de las grandes asignaturas pendientes que Herrero aspira a revertir. Así lo cuenta para ComputerWorld.

 

Comienzo de la andadura

Fue hace poco más de un año y medio, casi dos, cuando la firma de origen chino arrancó sus escuelas para el liderazgo europeo femenino en la era digital. La primera, cuenta Herrero, “tuvo tanto éxito que en lugar de hacer solo una escuela de verano apostamos por hacer una escuela de invierno”. De hecho, esta iniciativa la llevó hasta Niza durante la sesión más fría y a Praga en la temporada estival. Allí pudo ver como el número de alumnas crecía poco a poco desde la primera de ellas, llegando a “dar formación a un total de 84 mujeres”. Fue precisamente en Praga donde “pensamos que no estábamos llegando a toda la población”.

Entonces, proceso de introspección mediante, determinaron tres puntos sobre los que poner el acento: la edad de las alumnas, que generalmente había estado rondando entre los 18 y 25 años; el ámbito geográfico; y, por último, el bagaje, su background académico, su rama de interés del conocimiento. Esto, incide Herrero, “es muy importante, hacemos mucho hincapié ya que generalmente los programas tecnológicos son solo para personas de la rama de ciencias”, pero lo cierto es que en materia de innovación y liderazgo, “todo el mundo tiene cabida”.

(Transcripción completa del original)
La publicación original de este artículo aparece en COMPUTERWORLD


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