La UE invertirá 45 000 millones de euros en la investigación y fabricación de microchips

Mientras el mundo sigue revuelto a la búsqueda de semiconductores, la Unión Europea anunciará esta semana un nuevo paquete de financiación para impulsar la investigación y producción en este mercado clave.

Multiplicar la producción por 4

Durante una visita al IMEC, centro puntero de investigación y desarrollo de microchips en Bélgica, el comisario de Mercado Interior Thierry Breton ha insitido en la necesidad de los 27 de ser más autónomos.

Bruselas planea invertir más de 45 000 millones de euros para lograrlo. El objetivo, multiplicar por cuatro la producción en la UE para 2030.

Tres paquetes de subvenciones

«Tendremos tres paquetes principales», aseguraba Breton. «Uno será para apoyar el I + D con subvenciones de entre once y doce mil millones. La segunda parte es apoyar las fabs y megafabs, eso supone treinta mil millones de euros de dinero público. Y la tercera parte será apoyar a empresas emergentes o start ups, con un fondo de dos a cinco o seis mil millones específicamente para ello».

El mayor bocado de esta gran inversión irá, por tanto, a alimentar las plantas de fabricación de semiconductores, también conocidas como fabs, tan codiciadas en Europa.

Competir con Asia

La UE está incluso dispuesta a relajar las reglas de las ayudas estatales para financiar estos proyectos.

Por el momento, tres cuartas partes de las instalaciones de producción de chips se encuentran en Asia. Y el 92% de los chips más avanzados salen de Taiwán.

Los semiconductores se usan para todo: desde teléfonos inteligentes a coches, aviones de combate o el internet de las cosas.

La pandemia y la interrupción de las cadenas de suministro mundiales han incrementado la necesidad de autosuficiencia.

Posicionarse en un mercado casi infinito

Con un mercado que puede aumentar exponencialmente, los Gobiernos del planeta, con China y Estados Unidos a la cabeza, están dedicando miles de millones a la tarea, no dejando a Europa otra salida que buscarse también la vida y seguir la corriente.

«Este es un ecosistema muy interconectado en el que dependemos de otras «, explicaLuc Van den hove, consejero delegado de IMEC. «Es muy importante que nos aseguremos de que Europa refuerza su posición para que nosotros también creemos dependencias inversas».

A pesar de este pantagruélico festín de dinero público, aún está por ver si las empresas de semiconductores establecen líneas de producción en territorio comunitario.

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