España vigilará la Inteligencia Artificial como a los fármacos o los alimentos

Los presupuestos de 2022 destinan 5 millones de euros a la creación de una Agencia para la Supervisión de la Inteligencia Artificial que investigue sus efectos peligrosos

El problema ya está bastante definido. Investigadores, tecnólogos o la ONU llevan varios años señalando que detrás del nombre comercial de «Inteligencia Artificial» hay algoritmos que pueden ser tan discriminadores como aquellos que los programan: sistemas opacos que bajo una falsa sensación de neutralidad matemática pueden ser tan injustos como un jefe explotador o tomar decisiones directamente desde el machismo estructural. Con las pruebas en la mano, llega la hora de la política.

Los presupuestos para 2022, aprobados definitivamente este martes, incluyen la creación de una Agencia Estatal para la Supervisión de la Inteligencia Artificial, independiente y con presupuesto propio. La misión del organismo será «minimizar los riesgos» de los algoritmos que se extienden por toda la sociedad, desde las redes sociales al entorno laboral, pasando por los Siri, Alexa y otros asistentes virtuales que han aterrizado en las casas a los que actúan para distribuir los recursos públicos o las ayudas.

La creación de este ente, conocido ya como la Agencia de Algoritmos, llega a través de una enmienda de Más País-Equo pactada con el Gobierno. El acuerdo incluye poco más que las líneas generales de la Agencia y su partida inicial, que será de cinco millones de euros. Un pacto que ha sido bienvenido por los especialistas, que piden que no se quede en lo cosmético y se meta de lleno en la «auditoria de algoritmos» que impida que sus efectos nocivos pasen desapercibidos.

No es una misión fácil. Se suele decir que los sistemas de Inteligencia Artificial son «cajas negras» porque todas las empresas, desde los gigantes digitales a la más pequeña startup, son muy reacias a revelar cómo funcionan. Es su patrimonio inmaterial: los detalles del buscador de Google, del reparto de tareas entre repartidores de Glovo o de encontrar el próximo contenido de moda de TikTok valen miles de millones. Antes solo había una fórmula de la Coca-Cola, ahora cada compañía digital tiene la suya….

Sigue leyendo la noticia original en: eldiario.es

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