“El ser humano ya no evoluciona ni biológica ni culturalmente, sino tecnológicamente” / Jesús A. Mármol

“La robótica obliga a replantear bajo el prisma tecnológico las grandes cuestiones existenciales del ser humano”

Desciframos, de la mano de Jesús A. Mármol, doctor en Filosofía por la Cambridge International University, las claves sobre la robología, la “nueva filosofía de la era robótica” desde un prisma tecnológico.

Reflexionar, discutir e inferir. Tres acciones que han ocupado la cotidianeidad del ser humano desde tiempos inmemoriales. Tres verbos que invitan a replantear las grandes cuestiones existenciales del hombre desde la antigüedad hasta el futuro más lejano. Tres términos que conforman la bitácora de Jesús A. Mármol, ‘padre’ orgulloso del volumen Robología, la nueva filosofía de la Era Robótica.

Doctor en Filosofía por la Cambridge International University; miembro del Centro de Ética para la Ingeniería y Ciencias de la Universidad de Virginia; colaborador del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Cuando Mármol habla sobre robótica, sienta cátedra; y no es de extrañar, ya que cuenta con un extenso y curtido bagaje a sus espaldas. Lo evidencia a continuación, invitándonos a razonar sobre la robología. He aquí un punto de partida.

 

Teniendo en cuenta que protagoniza uno de los puntos diferenciales de su Vademécum del ser humano,  ¿podría definir, con sus propias palabras, qué es la robología?

La robología es la nueva filosofía de la era robótica. Esta se fundamenta en el estudio de la influencia transversal de la inteligencia artificial (IA) en todos los ámbitos de la vida humana. Esto se debe a que la irrupción de la robótica obliga a replantear bajo el prisma tecnológico las grandes cuestiones existenciales del hombre que hasta la fecha ha tratado la filosofía clásica.

 

¿De dónde nace la necesidad por conocer las implicaciones positivas y negativas de la robótica?

Sin lugar a dudas, de la hegemonía creciente de los robots en la vida cotidiana humana. Pensemos que los robots deben percibir el entorno más inmediato en el que se encuentran, decidir qué opciones son las más correctas acorde a su funcionalidad y accionar su consiguiente movimiento físico en dicho entorno. Una acción que, bajo el tamiz moral por consenso humano colectivo, puede enjuiciarse como buena o mala. O, dicho en otras palabras, toda interacción del robot con el hombre tiene un alcance ético. He aquí la importancia de la robología y, especialmente, de su rama destinada a la roboética.

 

¿Qué papel encarna la robótica en la Cuarta Revolución actual?

Robótica y Cuarta Revolución Industrial son sinónimos, y su trascendencia reside en el hecho de que el ser humano ya no evoluciona ni biológica ni culturalmente, sino tecnológicamente. La robótica, más allá de transformar la realidad social conocida, conlleva la coexistencia de nuestra especie inteligente con una nueva especie de inteligencia artificial, a la vez que abre las puertas al ser humano a una evolución transhumana por interferencia de la propia disciplina. Y siendo dicha injerencia de naturaleza progresivamente omnipotente, el gran reto de la humanidad reside en velar por que las nuevas generaciones de transhumanos ni pierdan su humanidad, ni acaben por ser sujetos no reflexivos bajo técnicas de control de masas más o menos institucionalizadas.

 

La maduración de la robótica en los últimos años ha sido fructífera, ¿cuál cree que ha sido la receta del éxito?

Está claro que, en primer lugar, la gestión del conocimiento en suma de una inteligencia investigadora colectiva gracias a la globalización. En segundo lugar, los retos de la economía global en un contexto de escasez de recursos, de sobresaturación de océanos rojos y de la imperiosa necesidad de las empresas por innovar para no dejar de ser competitivos. Por último, la capacidad de autoaprendizaje con la que hemos dotado a la IA.

 

¿Qué conlleva que los robots en la actualidad cuenten con sistemas de inteligencia artificial? 

Las implicaciones son muchas, pero en realidad, y a estas alturas, la pregunta que nos debemos hacer los humanos como seres imperfectos no es otra que aquella que responda lo siguiente: ¿qué implicaciones tiene para nuestra especie, nuestra vida, y nuestro modelo social, el crear seres perfectos cuyo fin es corregir la imperfección? He aquí la gran cuestión.

 

En la presentación de su último volumen, Robología, la nueva filosofía en la era robótica, asegura que es precisamente este tipo de inteligencia computacional (IA) basada en la combinación de algoritmos la que posibilita a los robots imitar y superar las capacidades propiamente humanas. ¿Verdaderamente cree que estos robots de última generación pueden superar al humano como concepto?

No es una probabilidad, sino que ya es un hecho en múltiples campos. Aunque si bien el concepto humano es muy amplio, determinismos culturales incluidos, lo cierto es que relacionamos universalmente al ser humano con el uso de una consciencia racional. Esta se fundamenta sobre criterios de la realidad no sensoriales, sino intelectuales y deductivos; es decir, que parten de un pensamiento discursivo en forma lógica. Un rasgo que hoy en día podemos encontrar tanto en la naturaleza neuronal como en la tecno-algorítmica, lo que hace que una consciencia artificial posible llegue a cuestionar nuestra propia consciencia humana.

 

¿Qué retos y cuestiones filosóficas plantea la nueva era de la robótica en la que estamos inmersos?

Son múltiples. Pero sintetizando se puede decir que a nivel político plantea retos relativos al modelo futuro de sociedad democrática y, especialmente, a los derechos civiles. A nivel económico los retos se focalizan en el cambio de una economía productiva de mano humana por otra robótica, así como en lo referente a un futurible sistema tributario para robots en calidad de “persona electrónica”. A nivel social deberemos afrontar de qué van a vivir y a qué se van a dedicar existencialmente las personas sin trabajo en calidad de población activa, lo que irremediablemente obligará a replantear los actuales Estados de Bienestar Social. A escala educativa cabrá estar expectante en no caer en una estandarización del sistema educativo que adoctrine en lugar de enseñar, eliminado de paso el desarrollo del pensamiento crítico. A nivel ocio, el reto se sitúa en la neurotecnología como peligro potencial no solo para la pérdida de control sobre la percepción de la realidad, sino incluso para el propio autoconocimiento personal. Por poner algunos ejemplos.

 

Recientemente hemos visto como los robots han salido de los laboratorios ocupando ciertos escenarios reales, lo que ha desatado ciertos interrogantes sobre la capacidad ética de los mismos. ¿Cree usted en la misma? ¿Qué puede avanzarnos sobre esto?

La ética es el núcleo de la robología, y como afecta a todos los ámbitos sociales en la interacción robot-hombre, es una materia multidisciplinar, por lo que no puede estar en manos exclusivas de los ingenieros, pues en tal caso estaríamos creando una nueva oligarquía que decidirá en nombre usurpado de la humanidad sobre la construcción de las futuras sociedades….

(Recorte de prensa / Clipping)
Continúa leyendo la noticia completa original de este recorte en COMPUTERWORLD


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