El preciado recurso por el que compiten EE.UU. y China (y por qué Washington va ganando la batalla)

La lucha por dominar la indstria de semiconductores está cambiando el panorama de la economía global.

Durante más de un siglo la lucha por el petróleo desencadenó guerras, forzó alianzas inesperadas y fue la chispa que detonó numerosos conflictos diplomáticos.

Ahora las dos economías más grandes del mundo están peleando por otro preciado recurso: los semiconductores, los microchips que literalmente dan potencia a nuestra vida diaria.

Estos diminutos fragmentos de silicio están en el corazón de una industria de US$500.000 millones, cifra que se espera se duplique para 2030. Y quien controle sus cadenas de producción -una enmarañada red de compañías y países que fabrican los microchips- será poseedor de la clave para convertirse en una superpotencia dominante.

China desea la tecnología para producir los microchips, razón por la que Estados Unidos, fuente de donde surge gran parte de la tecnología, está aislando a Pekín.

Los dos países están claramente enfrascados en una carrera armamentista en la región del Pacífico asiático, según explica Chris Miller, autor de Chip Wars («Guerra de chips») y profesor asociado de la Universidad Tufts, en Massachusetts, Estados Unidos.

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