El perverso mitoverso engendró el metaverso

A finales de siglo XX surgió por demanda popular una posibilidad irrefrenablemente atractiva, la interacción del espectador: videojuegos, redes sociales…

«Su inquietud lo inclina hacia lo inalcanzable, pero percibe su locura sólo a medias. Le exige al Cielo las más hermosas estrellas y a la Tierra los goces más elevados y, sin embargo, nada cercano ni lejano sacia su pecho profundamente agitado» (Mefistófeles).

A lo largo de la historia, e incluso de la prehistoria, el ser humano ha luchado de forma desaforada por explorar y sobrevivir en el fluido e incierto universo donde habita. Aliándose con un virus peculiar que nos acompaña desde entonces de forma omnipresente y paradójicamente intangible. Las IDEAS.

Un fenómeno compuesto de impulsos electromagnéticos que viven en la sinapsis neuronales de nuestro cerebro y que nos permite imaginar, transformar y almacenar formas e imágenes que

nunca tuvieron un referente en nuestro entorno. Golpeando como escultores la materia que nos rodea creamos formas que solo ‘existen’ en el inventario de nuestra mente. Inundamos nuestro mundo de modelos abstractos que nunca existieron en la era pre-humana: círculos, cubos, ángulos rectos, dibujos bidimensionales, manchas modelizadas que representan sonidos…

Los humanos morimos en ese efímero existir, pero las ideas que habitan nuestras mentes sobreviven al tiempo en formas mucho más persistentes para contagiar a generaciones futuras. Golpeamos y damos forma a la materia que tenemos a nuestro alcance. La piedra, el bronce, el hierro, la aleación. El carbón, la tinta, el pigmento traído de tierras lejanas. El cincel, el pincel, la pluma, la imprenta.

Nuevo territorio

Cada paso en el manejo de una materia lo utilizamos para recrear esas formas que solo existen en nuestras mentes. Cada nuevo territorio lo denominamos, demarcamos y definimos con figuras geométricas y narraciones históricas.

Un fenómeno compuesto de impulsos electromagnéticos que viven en la sinapsis neuronales de nuestro cerebro y que nos permite imaginar, transformar y almacenar formas e imágenes que

nunca tuvieron un referente en nuestro entorno. Golpeando como escultores la materia que nos rodea creamos formas que solo ‘existen’ en el inventario de nuestra mente. Inundamos nuestro mundo de modelos abstractos que nunca existieron en la era pre-humana: círculos, cubos, ángulos rectos, dibujos bidimensionales, manchas modelizadas que representan sonidos…

Los humanos morimos en ese efímero existir, pero…

(Clip 375 palabras)
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