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El cristal oscuro de la I+D+i catalana

La nueva ley de ciencia de Catalunya no apunta a ninguno de los principales problemas que afectan al sector

El 4 de agosto de 2021 se admitió a trámite en el Parlament, propuesta por el Gobierno, la nueva ley de la ciencia de Catalunya. Sus impulsores la definen como una herramienta para optimizar la gobernanza, adoptar un marco jurídico estable, impulsar la transferencia de conocimiento, la internacionalización y la acción exterior en materia de Investigación + Desarrollo + Innovación (I+D+i), y para garantizar las condiciones laborales del personal investigador.

La Coordinació Intercentres de Recerca (CIR), de la que formamos parte, es un grupo de trabajo que reúne a representantes legales de trabajadores de centros de investigación y de servicios científico-técnicos de Catalunya (representa 20 centros que comprenden más de 6.500 trabajadores), promueve mejoras en las condiciones laborales y participa en las negociaciones del convenio sectorial de la investigación catalana.

Creemos que la ley es una simple cristalización del panorama de la investigación actual y no mejora la protección de los trabajadores del sector. De hecho, permite que algunas de las disfunciones generadas en los últimos años se perpetúen.

¿Pero cuál es la situación en la investigación catalana?

Primero, la temporalidad y las irregularidades contractuales. Desde hace muchos años la concatenación de contratos temporales es habitual y afecta, de media, al 60% de las plantillas. Esta práctica ha sido contrarrestada por la nueva reforma laboral, quedando pendiente una votación en el Congreso de los Diputados que determinará si el personal de investigación, investigador o no, financiado con fondos europeos seguirá siendo precario como siempre.

Segundo, los centros públicos de investigación no universitaria, la mayoría agrupados en la institución iCERCA, gozan de una gran autonomía. Esto ha propiciado que sus direcciones dispongan de mucho poder, sin contrapesos ni controles suficientes. Aunque los patronatos supervisan sus acciones, la realidad es terca: se producen despidos con evaluaciones poco transparentes y que no siguen las directrices europeas, pérdidas de espacio de laboratorio o de oportunidades de financiación de los investigadores no alineados con la dirección; por el contrario, se premia a los equipos del núcleo directivo. …

(Clip 300 palabras)
Lee la noticia completa original en EL PERIÓDICO


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