La era digital ha traído consigo una nueva epidemia: la dismorfia del selfie, un trastorno que distorsiona la percepción del propio cuerpo y que afecta aproximadamente al 2% de la población. Este fenómeno, que se manifiesta en la obsesión por las imágenes retocadas en redes sociales, está creciendo alarmantemente entre los jóvenes.
La dismorfia del selfie es un subtipo del trastorno dismórfico corporal, donde la insatisfacción personal se centra en las versiones alteradas de uno mismo que ofrecen los filtros de Instagram, TikTok o Photoshop. La edad promedio de los afectados ronda los 16 años, y aunque el fenómeno no es nuevo, su adaptación a la tecnología actual sí lo es. Antes, los adolescentes podían aspirar a parecerse a una celebridad, pero hoy desean emular una versión artificialmente perfeccionada de sí mismos.
Los estudios muestran una diferencia significativa entre los sexos en cuanto a las características físicas que desean modificar: las mujeres se enfocan en la nariz, muslos, caderas y piel, mientras que los hombres tienden a desear cambios en el cabello, músculos y genitales. Estas diferencias también reflejan las expectativas implícitas sobre lo que se considera atractivo para el sexo opuesto.
Detectar y prevenir la dismorfia del selfie es crucial. Los síntomas incluyen ansiedad, insatisfacción, tristeza y una obsesión con la parte del cuerpo que desean alterar. La prevención debe comenzar con la educación sobre el uso de redes sociales y la promoción de una autoestima saludable, enseñando a los jóvenes a aceptar y cuidar su cuerpo tal y como es, en lugar de buscar la perfección estática de los filtros.
María J. García-Rubio y Begoña Albalat Peraita, expertas en psicología, destacan la importancia de la prevención temprana y la detección precoz de este trastorno para una atención psicológica efectiva. El artículo original fue publicado en The Conversation y refleja la necesidad de abordar este problema desde un enfoque multidisciplinario que incluya tanto a profesionales de la salud como a educadores y padres.
En resumen: La dismorfia del selfie es un trastorno emergente que distorsiona la autoimagen de los jóvenes, impulsado por el uso de filtros en redes sociales. La prevención y educación temprana son clave para combatir sus efectos negativos.
Información extraída del artículo original: Dismorfia: la epidemia causada por el selfi y los filtros de belleza, publicado en Nobbot.
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