Comienza la nueva era de Twitter: Elon Musk cierra la compra y despide a altos directivos

Con la compra de la red social por 44.000 millones de dólares y el despido del consejero delegado, Parag Agrawal, el magnate sudafricano pone fin a siete meses de una telenovela que mantenía sintonizada a toda la industria tecnológica.

Elon Musk es oficialmente el “jefe de Twitter” (como lo anunciaba ayer en su perfil en la red social), tras adquirir finalmente la plataforma por 44.000 millones de dólaresdando fin, al menos por el momento, al culebrón del año en la industria tecnológica y empresarial. Y su llegada se hizo notar, con una señal poco alentadora para los empleados, que veían con recelo el aterrizaje del magnate. Tenían razón. Nada más cerrar la compra, Musk despidió a tres altos directivos de Twitter: el consejero delegado, Parag Agrawal, el director financiero, Ned Segal, y la responsable jurídica, Vijaya Gadde.

Hasta fines de septiembre, Twitter y Musk estaban envueltos en una batalla judicial que prometía ser el espectáculo legal del año, después de que el multimillonario sudafricano se retractara del acuerdo de compra que habían firmado en abril, por 54,20 dólares la acción. Frente a los malos pronósticos que le vaticinaban un fallo desfavorable, Musk decidió, a principios de octubre, cumplir con su palabra y llevar a cabo la compra, para lo cual el Tribunal de Delaware le dio como plazo máximo este viernes. De acuerdo a lo pactado, Twitter retiró su demanda.

Elon Musk tiene muchos planes para la red social, muchos de los cuales los ha dado a conocer a través de su cuenta de Twitter. Uno de sus principales caballos de batalla es eliminar las cuentas spam bots de la plataforma. De hecho, usó esto como excusa para retirarse del acuerdo de compra, acusando a la compañía de mentir sobre el número real de cuentas falsas, que Twitter estimaba en un 5% del total. La red social, en tanto, creía que la retractación se debía más bien al mal momento económico que pasaban (y aún pasan) las tecnológicas, quedando cada vez más patente que Musk iba a pagar una cifra excesiva por la empresa.

Autoproclamado defensor de la libertad de expresión, otra de sus batallas será readmitir a quienes han sido expulsados de Twitter, como el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. Esto ha generado un debate en torno a los límites de esta libertad cuando se difunden bulos, discursos de odio y desinformación.

Además, como él mismo expuso en un enigmático mensaje, la compra de Twitter es un paso más en su estrategia para desarrollar X, la aplicación para todo. Si bien no ha explicado en detalle los planes que tiene para X, las teorías apuntan a una plataforma similar a la china WeChat, que integre todo tipo de funcionalidades, como redes sociales, mensajería instantánea, pagos por transferencia, ecommerce, etc.

Muy al estilo Musk, el fundador de Tesla y SpaceX llegó ayer a la sede de Twitter en San Francisco cargando un lavabo. Let that sink in!”, tuiteó, un juego de palabras donde ‘sink’ es la traducción de lavabo. La frase se traduce como “asimílenlo”.

(Transcripción completa del original)
La publicación original de este artículo aparece en COMPUTER WORLD


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