CHUS BLASCO / El colapso de la confianza

Eliminar la complejidad

La serie francesa Colapso intenta responder a la siguiente pregunta “¿qué sucedería con nuestra sociedad si el sistema colapsara mañana?”. El tema es inquietante. Está narrado en ocho episodios que explica las diferentes situaciones que les pasan a los personajes bajo la hipótesis de que todo el sistema ha colapsado. Os recomiendo verla si no lo habéis hecho. Ninguno de los capítulos te deja indiferente. El guion está basado levemente en la teoría de Olduvai, que dice que la civilización industrial actual tiene una fecha de caducidad de unos 100 años contados a partir de 1930. Me parece una excelente invitación a reflexionar si estamos abocados a vivir un colapso similar.

Jared Diamond también explora el colapso, aunque desde una perspectiva más optimista. En su libro Collapse trata de entender las razones por las que ha habido civilizaciones prósperas desde el punto de vista material y cultural que colapsaron. Dice Diamond que podríamos utilizar ese conocimiento para diseñar las acciones que podrían difundirlo y tomar mejores decisiones para evitar el nuestro. Para ello, identifica cuatro situaciones a las que han llegado las sociedades que llegaron a colapsar. 1) Cuando la sociedad no es capaz de anticipar un problema antes de que éste aflore. 2) Cuando el problema ya es visible, pero la sociedad no llega a percibirlo. 3) Cuando la sociedad ya ha percibido el problema, pero fracasan porque no han intentado resolverlo. 4) Finalmente, cuando intentan resolverlo, pero sin éxito.

Estamos viviendo en un contexto de altísima complejidad, que resulta imposible “tenerlo todo bajo control”. Partiendo de la conciencia de haber explotado los recursos naturales más allá de los limites sostenibles del planeta, y del conocimiento de porqué fracasaron otras civilizaciones, tenemos la oportunidad de prevenir un posible colapso y construir un sistema mejor.

 

El síndrome de la rana hervida

Si las sociedades no tienen la capacidad de reaccionar hasta que no perciben el problema, es porque es difícil a nivel individual. Para actuar, primero debemos tener la conciencia de que existe un problema. Lo más preocupante es que cuando ya lo hemos percibido, no reaccionemos con la suficiente contundencia. Me gusta como lo ilustra el llamado síndrome de la rana hervida. Es una analogía para describir lo que pasa cuando no percibimos cambios importantes porque se producen poco a poco. Como los daños sólo son visibles a largo plazo, cuando ya nos afectan, es demasiado tarde para reaccionar. El síndrome de la rana cuenta que, si se sumerge a una rana en agua muy caliente, saltará, pero si se sumerge en agua fría y se va calentando muy poco a poco, se irá adaptando. Llegará un punto en que la rana habrá gastado tanta energía en adaptarse y el agua estará tan caliente que ya no podrá saltar. A pesar de que hoy sabemos que es tan solo un mito, como metáfora funciona muy bien. Cuando el cambio es lento, estamos psicológicamente más preparados para adaptarnos que para anticiparnos. Cuando los cambios son rápidos como ahora, es más importante saber interpretar bien las señales. Si sólo nos adaptamos, no será suficiente.

 

Colapso empresarial

Las empresas también colapsan. Creápolis, el parque empresarial de Esade en Sant Cugat, ha presentado concurso de acreedores esta semana con una deuda acumulada de 34 millones de euros. La pandemia había tenido un impacto negativo en su volumen de facturación de un millón de euros. Pero parece ser que el detonante para declarar el concurso, es una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya que anula la modificación urbanística que permitía la actividad empresarial en la zona. Sin la capacidad de alquiler de oficinas, Creápolis es inviable económicamente. El colapso del proyecto empresarial se produce al converger diversas variables que van más allá de la gestión. La solución ahora es difícil porque la confianza ya ha sido dañada.

 

Eliminar la complejidad

Sabemos que la confianza son los cimientos de la sociedad. No nos hace falta llegar a la situación que nos muestra la serie Colapso para saberlo. Deberíamos invertir más recursos y talento en la construcción de un sistema en el que confiemos colectivamente. La búsqueda de soluciones a la pandemia nos ha mostrado que cuando colaboran las competencias de la iniciativa privada con los recursos públicos, pueden lograrse propósitos compartidos orientados al bien común. Hemos aceptado como algo normal que una sentencia judicial impida que se lancen nuevas iniciativas. No sólo empresariales, sino también sociales y culturales. Tal vez no necesitemos más normas, sino menos. Las sociedades colapsan porque es la única forma posible de eliminar la complejidad que ellas mismas han creado. Dejemos de gastar energía en adaptarnos cuando lo que necesitamos es saltar.

 

“Lo que está pasando ahora, lo que podemos llamar la crisis de la democracia, es el colapso de la confianza. La creencia de que los líderes no solo son corruptos o estúpidos, sino que son incapaces. “— Zygmunt Bauman

 

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