Carne cultivada / La nueva tecnología que nos acerca al fin de la ganadería industrial

Una de las mayores empresas de carne cultivada en laboratorio del mundo afirma haber reducido el coste de producción de sus pechugas de pollo de 15 a sólo 6,80 euros por 450 gramos. Es un gran avance en un proceso de fabricación que nos acerca al santo grial de la producción en masa de carne real sin tener que utilizar animales.

Aunque la idea de fabricar carne parece distópica, son buenas noticias para la humanidad y el planeta. Según Future Meats su carne está formada por células animales naturales y sin modificaciones genéticas que crecen independientemente, creando tejido muscular y grasa hasta formar un filete de vaca o una pechuga de pollo. Tampoco tiene nada que ver con la carne de imitación basada en vegetales y que usa aditivos de proteínas sintéticas para intentar reproducir el sabor de la carne original. La carne cultivad en laboratorio, es igual en composición que la carne del animal. Otra cosa es que lo sea en textura.

Cómo funciona

Cultivar carne reduce radicalmente el consumo de agua, espacio y recursos que la producción ganadera industrial o tradicional, a la vez genera menos contaminación y CO2Future Meat afirma que su carne — que está hecha con un proceso propio y patentado que no usa células madre — es completamente natural, sostenible y nutritiva. Además, aseguran, está ‘igual de buena y es más saludable que la normal’. Está por ver con qué la comparan. No sería lo mismo realizar esta comparación con un pollo industrial alimentado con piensos genéticamente modificados y atiborrado de antibióticos y criado en un jaula que con un pollo de corral crecido en el campo, comiendo plantas, grano y bichos. Tampoco se sabe si en un futuro podrán replicar, por ejemplo, el sabor de la carne de cerdo ibérico criado con bellota o de una vaca vieja criada con maíz.

Pero, ignorando esto último y asumiendo que todo lo que dicen es cierto, la carne sintética debe ser igual de barata para que sea rentable y su consumo se extienda por todo el planeta. Esta rebaja de precio que acaban de anunciar — que han conseguido en sólo seis meses en vez de los 18 meses proyectados — es clave para conseguir ese objetivo y nos acerca a la producción a escala industrial.

Lee la noticia original en: elconfidencial

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