El artículo «Barcelona después de Colau. Más potencial que futuro (I)» de Converses a Catalunya, escrito por Josep Miró i Ardèvol, aborda la situación económica y estructural de Barcelona. A pesar de ser una ciudad que parece florecer en términos de turismo y tecnología, la realidad es más compleja y preocupante. En 2016, Barcelona representaba el 1,2% del PIB de la UE-15, pero sufre de problemas estructurales que son ignorados tanto por el gobierno local como por la Generalitat de Cataluña.

El impacto de la COVID-19 en Barcelona fue significativo, con una caída del 12% en el Valor Añadido Bruto (VAB), una de las más altas entre las ciudades españolas. Aunque el turismo se ha recuperado, la ciudad enfrenta una crisis estructural que se manifiesta en varios aspectos. Por ejemplo, el Eixample, el núcleo central del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), está perdiendo importantes generadores de actividad económica, como la prisión Modelo y la Escuela Industrial.

Además, Barcelona enfrenta problemas de seguridad, degradación del espacio público y vivienda, similares a los de otras capitales europeas pero exacerbados por la masificación turística. La falta de políticas públicas efectivas para abordar estos problemas es evidente. La ciudad también enfrenta desafíos demográficos, como una tasa de natalidad insuficiente y un envejecimiento de la población.

El artículo concluye que Barcelona está en una trayectoria de regresión económica, social, cultural y lingüística a medio y largo plazo. Se necesita una conciencia clara de estos problemas y políticas efectivas para abordarlos, algo que actualmente falta en la administración de la ciudad.

*** Información extraída del artículo original publicado en Converses a Catalunya. ***

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