Barcelona se posiciona como capital del diseño de chips con dudas sobre el impacto en el empleo y el medio ambiente

Los ingenieros industriales instan a alcanzar la soberanía tecnológica y retener el talento, mientras que entidades como el ODG advierten sobre la poca disponibilidad de materias primas, como el silicio, para su fabricación en plena avalancha de anuncios de inversiones de multinacionales en la capital catalana.

El objetivo de reducir la dependencia de los chips y semiconductores chinos y estadounidenses, inmersos en una guerra comercial entre ellos, hace que Europa y, especialmente Barcelona, se posicione como un polo de atracción en el ámbito del diseño de estos materiales tecnológicos. Uno de los elementos que más está contribuyendo es el Barcelona Supercomputing Center, que lleva años trabajando en el diseño de chips pequeños y de altas prestaciones. La capital catalana aspira a ser un centro de referencia en el entorno europeo y mundial.

En este contexto se enmarca la retahíla de anuncios de inversiones de multinacionales tecnológicas en la ciudad. Entre éstas, destacan Intel, Cisco o Lenovo. Paralelamente, algunas voces matizan este optimismo y piden que esta apuesta se acompañe de la retención del talento y que se tenga en cuenta que el paso natural en la transición del diseño a la fabricación de chips conlleva la necesidad de disponer de materias primas de las que hay poca disponibilidad.

(Transcripción completa del original)
La publicación original de este artículo aparece en PÚBLICO


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