Ciudades para vivir y no para sobrevivir
A Dios poníamos por testigo de que no íbamos a comernos más horas de atasco. El teletrabajo sí que nos iba a hacer libres. La ciudad iba a ser el sitio de nuestro recreo… y si no, Google Maps nos mostraba el pueblo asturiano de nuestros sueños, con parcelas regaladas donde cultivar una huerta y olvidar las pesadillas …