Inteligencia artificial y sabiduría humana
La inteligencia artificial podría reemplazar la cognición humana, creando una civilización artificial. El conflicto geopolítico entre Estados Unidos y China acelera el desarrollo de la IA. Es urgente un debate ético sobre los propósitos de la IA, no solo sobre sus riesgos.
La inteligencia artificial (IA) podría desplazar la centralidad del ser humano en la sociedad, dando lugar a una civilización basada en sistemas artificiales.
En su artículo, José María Lassalle reflexiona sobre el impacto de la inteligencia artificial en la humanidad. Señala que, así como la Revolución Industrial liberó al ser humano del trabajo físico, la revolución digital y la IA están comenzando a despojarlo del dominio sobre el trabajo intelectual, sin ofrecerle nada a cambio. Si en 2030 se logra una IA «general» que supere las capacidades cognitivas humanas y en 2050 una IA «fuerte» con estados mentales propios, nos enfrentaremos a una civilización artificial dominada por máquinas, lo que podría relegar al ser humano a un papel secundario. Este desarrollo está impulsado por la carrera tecnológica entre Estados Unidos y China, que compiten por alcanzar la hegemonía mundial mediante una IA avanzada. Lassalle advierte que la evolución de la IA no debe seguir centrada únicamente en el poder y la hegemonía. En cambio, propone una ética que se enfoque en los propósitos de la IA, evitando su potencial distópico. Según él, no basta con una ética utilitaria; es necesaria una ética responsable que busque una relación amigable entre la IA y la sabiduría humana, promoviendo el bienestar común de la especie.
*** Información extractada del artículo original publicado en Ethic***.