El matemático y futurista Ben Goertzel ha emitido una seria advertencia sobre el ritmo acelerado del desarrollo de la inteligencia artificial general (AGI). Durante la conferencia Beneficial AGI Summit, Goertzel sugirió que en un lapso de tres a ocho años, podríamos presenciar niveles de inteligencia artificial comparables a la inteligencia humana media, y que incluso podrían superarla en pocos años adicionales.
Goertzel, reconocido por su trabajo en el campo de la inteligencia artificial, también proyectó que hacia el final de esta década, una sola computadora podría rivalizar con la capacidad cerebral de un humano. Más aún, pronosticó que en 10 a 15 años, una computadora podría superar la inteligencia colectiva de toda la sociedad humana.
Este avance en la inteligencia artificial no solo presenta desafíos tecnológicos, sino también importantes cuestiones éticas y sociales. La posibilidad de que las máquinas operen y evolucionen sin supervisión humana directa podría desembocar en cambios incontrolables en la estructura social y en la interacción humana con la tecnología.
La preocupación de Goertzel no se limita solo a los desarrollos tecnológicos, sino también a la preparación de la sociedad para enfrentar las consecuencias de tales avances. Aunque la inteligencia artificial tiene el potencial de aportar significativos beneficios, como la optimización de procesos y el mejoramiento de la calidad de vida, también existe el riesgo de que se convierta en un problema si no se gestionan adecuadamente sus aplicaciones y limitaciones.
Es crucial, según Goertzel, implementar salvaguardas efectivas y regulaciones estrictas para guiar el desarrollo de la AGI y asegurar que sus aplicaciones no solo sean beneficiosas, sino también seguras para la sociedad. Las preocupaciones van desde el impacto en el empleo humano hasta la autonomía de decisiones críticas que podrían ser delegadas a máquinas.
En definitiva, la advertencia de Goertzel es un llamado a la cautela y a la preparación. A medida que la tecnología de la inteligencia artificial continúa avanzando a un ritmo sin precedentes, es fundamental que los desarrolladores, legisladores y la sociedad en general permanezcan vigilantes y proactivos frente a los desafíos y oportunidades que presenta esta evolución tecnológica.
*** Información extraída del artículo original publicado en La Vanguardia
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