La fiebre de la inteligencia artificial revive la demanda de energía nuclear, gas y petróleo
El crecimiento exponencial de la inteligencia artificial (IA) está impulsando la demanda de fuentes de energía masivas, como la nuclear, el gas y el petróleo. Empresas como Microsoft ya están cerrando acuerdos para reactivar antiguas plantas nucleares con el fin de alimentar sus centros de datos.
El auge de la inteligencia artificial (IA) ha incrementado notablemente el consumo energético, empujando a las grandes tecnológicas a buscar fuentes de energía más estables y poderosas. El reciente acuerdo de Microsoft para reactivar la central nuclear de Three Mile Island, clausurada en 2019, es un claro ejemplo de esta tendencia. La central, que sufrió el peor accidente nuclear en la historia de Estados Unidos en 1979, ahora podría volver a funcionar, suministrando los 835 megavatios de potencia necesarios para las operaciones de IA de Microsoft durante 20 años. Este movimiento marca la primera vez que una planta nuclear desmantelada se reabre únicamente para abastecer a una empresa privada.
La IA requiere una cantidad de energía descomunal en comparación con otras tecnologías. Por ejemplo, una sola respuesta generada por ChatGPT consume hasta 10 veces más electricidad que una búsqueda en Google. Dado que los modelos de IA, como los que desarrollan empresas como Microsoft, Amazon y Google, están creciendo exponencialmente, la demanda energética también lo hace. Según Lluís Batet, catedrático de Ingeniería Nuclear de la Universitat Politècnica de Catalunya, las grandes tecnológicas ven en la energía nuclear una solución para asegurar un suministro estable y a precios fijos, evitando la volatilidad del gas o las energías renovables.
Sin embargo, este renacimiento de la energía nuclear no está exento de polémica. Si bien no genera emisiones de dióxido de carbono (CO2), los riesgos de accidentes y la gestión de residuos nucleares son preocupaciones constantes. Aunque países como Japón han desarrollado técnicas para reciclar parte del combustible nuclear, las organizaciones medioambientales, como Greenpeace, siguen alertando de que el almacenamiento a largo plazo no garantiza la contención de residuos radiactivos.
La presión por satisfacer las necesidades energéticas de la IA también ha llevado a las grandes tecnológicas a recurrir a los combustibles fósiles. El gas natural y el petróleo están viendo un resurgimiento, especialmente en Estados Unidos, donde se planea la construcción de nuevas centrales de gas natural. Microsoft y otras compañías están vendiendo tecnologías que ayudan a la industria del petróleo a encontrar y explotar nuevas reservas, lo que podría generar hasta 75.000 millones de dólares anuales. Sin embargo, esta dependencia de combustibles fósiles aumenta las emisiones contaminantes, contradiciendo los compromisos de sostenibilidad que las tecnológicas han prometido.
Este crecimiento descontrolado del consumo energético pone en jaque los esfuerzos por reducir las emisiones globales. Las proyecciones de Goldman Sachs apuntan a que, para 2030, el consumo de energía de los centros de datos podría aumentar un 160%, alcanzando el 4% del total mundial. A medida que la inteligencia artificial se integre más en productos y servicios, este incremento hará aún más difícil cumplir los objetivos de reducción de emisiones.
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Este texto es un resumen comentado basado en la noticia original de Carles Planas Bou publicada en El Periódico el 28/09/2024. Puedes leer el artículo completo aquí: https://www.elperiodico.com/es/tecnologia/20240928/inteligencia-artificial-revive-interes-energia-nuclear-petroleo-gas-energia-microsoft-amazon-chatgpt-google-108362853
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